¿Qué sería la vida sin textiles?
¿Alguna vez se lo han imaginado? Vivir sin ropa, sillones confortables o un
buen par de zapatos? Bueno, por supuesto todos aquellos objetos que tienen una
base textil no serían lo que hoy son sin los avances tecnológicos, económicos,
sociales y culturales.
Hablamos de satisfacer las
necesidades básicas del ser humano: arroparse, reproducirse, alimentarse y
sobrevivir. Es así como la necesidad genera las condiciones para crear aquello
con lo que se debe vivir, por consecuente, la historia de la Industria Textil está
presente e íntimamente ligada a cada paso de la evolución del hombre en este
planeta.
Pero ¿existe una fecha concreta
para denotar el nacimiento de la Industria Textil? Una industria como tal, sí y tiene lugar en
la Revolución Industrial (1750[1]), (cuando deja de ser una artesanía para
comenzar a producirlo masivamente), este periodo de la historia en el que el
índice de población se dispara en Inglaterra, y después en Europa, y por
consecuencia se necesita producir el doble o el triple de todo aquello que
necesita un ser humano para sobrevivir; como mencionaba al principio, se trata
de generar nuevas tecnologías y procesos para satisfacer a la sociedad
creciente, demandante y cada vez más fuera de control.
Para poder comprender la evolución
de los textiles, es adecuado comprender, en mi opinión, que existen dos
tipos de industria: la artesanal y la maquinaria, pues como veremos más
adelante, la artesanal conlleva procesos a mano y sin más motor que la fuerza
humana, y la maquinaria ya no requiere al humano como motor, sino al vapor y a
la fuerza mecánica. Ahora sí, demos paso a la historia de las dos industrias.
Los textiles, al inicio de los
tiempos, fueron plantas y elementos de la naturaleza que más tarde se fueron
convirtiendo en herramientas de la vida cotidiana para hombre desde la Prehistoria,
pasando por las primeras civilizaciones (Mesopotamia y Persia, más tarde
Egipto, Grecia, Roma, las culturas Prehispánicas en Mesoamérica, la Edad Media,
la Edad Moderna y la Edad Contemporánea[2])
hasta hoy, en el siglo XXI.
Antecedentes:
El aprovechamiento de la
naturaleza en las primeras civilizaciones era mucho más amable, por así
decirlo, con el medio ambiente en comparación con la era Moderna, debido a sus
cultos religiosos ligados totalmente con el mundo natural y al cuidado del
mismo.
Un ejemplo es Mesoamérica, en
donde los primeros indicios de la Industria Textil comprenden prendas de vestir
fabricadas con hojas o tallos largos como la hoja de palma, anudados a un
cinturón también de hoja en forma de falda, haciendo así, desde el inicio de
los tiempos, el cubrir las zonas púbicas del ser humano uno de los primeros
códigos sociales. Más tarde describieron las primeras fibras vegetales, tales
como el tule, el heno, el ixtle, el henequén, después el algodón hasta llegar
al manejo y manipulación de pieles animales[3].
Cabe describir el proceso de la
obtención de la fibra, pues es la base de todo textil natural: Los mayas, por
ejemplo, idearon dos artefactos llamados tonkos
y pakche, con el primero,
amarraban a la hoja o el tallo de la planta para mantenerlo firma y estirado y
con el otro, a modo de cuchilla, raspaban hasta separar por completo la corteza
y la pulpa. Una vez lavadas la fibras, se ponían a secar para torcerlas y ahí
obtener hilos, cuerdas y cables[4].
Este proceso es fruto de la
experimentación, de la prueba y error naturales al comenzar a confeccionar
prendas para protegerse del clima.
Cuando el hombre dejó de ser
nómada para convertirse ahora en sedentario y asentar las primeras
civilizaciones establecidas en determinado lugar, enfrentaron la necesidad de
desarrollar nuevas prendas de forma más rápida y resistente al uso, entonces
nace ahí la industria artesanal, con la creación del malacate o huso de hilar,
construido por una varilla de madera y un disco de arcilla usado como
contrapeso y a manera de volante y a la invención del telar fijo y el de
cintura[5]. Así
como los diferentes tipos de hilado.
Es así , hasta la llegada de los
españoles al mundo de las culturas prehispánicas y su conquista (1519-1521,
caída de Tenochtitlán), este, uno de los múltiples momentos violentos en la
historia de la sociedad, en el que la “civilización llega para poner orden a
aquellos hombres y mujeres salvajes”. Entonces, con la mezcla de las dos
culturas la industria textil se desarrolla a partir de los nuevos animales
recién llegados del Viejo Continente, tales como la oveja: criarlas y esquilar
su lana para comenzar a hacer paños y otras prendas[6].
Ya dominadas algunas técnicas, los
mismo españoles trajeron consigo a la Nueva España técnicas y materiales de las
tierras con las que tenían intercambios y comercio tales como las Indias, es
así como llegan las manufacturas de seda, lino y cáñamo para trabajarlas aquí y
comercializarlas[7]. No
dejemos de mencionar la intensa lucha de clases al no permitirles a los
indígenas vestirse como antes de que llegaran los blancos, pues les imponen la
religión católica y con ella, más códigos y reglas sociales provenientes del pudor e incluso el asco por
el cuerpo humano, satanizándolo. Así como los ricos y nobles, los únicos en
poder utilizar colores y adornos en sus vestimentas.
Llegamos a la Edad del progreso[8], la
modernidad, desde 1789 con el inicio de la Revolución Francesa y el presente,
este gran periodo de la historia en el que la población en el mundo crece
muchísimo, demanda alimentos y servicios así como el naciente concepto de los
Derechos Humanos, (aun que las antiguas civilizaciones como los incas y los
nahuas, ya tenían ciertas reglas de respeto entre los pobladores), así como la
gran influencia de la Ilustración, la enciclopedia, que hacían chocar a la
ignorancia versus la razón; las teorías de los filósofos de la época como
Voltaire, Montesquieu, Descartes, Rousseau, entre otros, quienes defendían las
ideas de la razón, la igualdad y la libertad y la recién independizada América
del Norte, que sirvió como inspiración a la emancipación.
Entonces, todos estos cambios por
los que atravesaban la población, la política, la economía y la cultura dieron
paso a otro momento clave en la Industria Textil, la Revolución Industrial (por
etapas, de 1750-1840, y 1880-1914), la industria mecánica, en la que se
sustituye al hombre por la máquina y esto genera un gran descontento social al
enfrentarse a las condiciones del desempleo y al comienzo del capitalismo, la
desvaloración del trabajo humano[9], ya
que era más barata una máquina que el sueldo al trabajador, así como su
carácter social traducido al valor monetario del producto en el tiempo
invertido en él y su utilidad futura.
Estrenando el siglo XX, las
revoluciones Mexicana y Rusa llegaron para poner fin a la injusticia y la
desigualdad social propias del modelo económico y de los intereses extranjeros
en vez de los nacionales, así como la reflexión acerca de la insuficiencia de
las “soluciones” propuestas por la clase política llevando a cabo las protestas
laborales como las huelgas y las manifestaciones.
Esta serie de situaciones generan
un ambiente en el cual la importancia de los textiles son también una forma de
clasificar a la sociedad, pues se desarrollan marcas y etiquetas que denotan el
estatus socioeconómico el cual permite permanecer o no a cierta clase social.
Esto genera, desde su inicio y hasta el día de hoy, discriminación e
intolerancia hacia quienes no tienen el poder adquisitivo para comprar cierto
tipo de ropa o calzado.
Con las guerras mundiales, la
Industria Textil toma una posición clave en la manufactura para el desarrollo de armas militares y otras
herramientas como mochilas resistentes, las carpas de acampar, cuerdas y
cables, el curtido y acabado de la piel y el cuero para hacer botas, e incluso
el diseño de los uniformes por casas de moda del momento como Hugo Boss, así como el desarrollo de
fibras artificiales[10]
resistentes en el campo de batalla mundial.
Así, con el nacimiento del Rock, Hombre en la Luna, la Guerra de Vietnam, la Guerra Fría, la Guerra Sucia, los golpes de Estado en Latinoamérica, las primeras computadoras, la televisión a color, los videojuegos, la Revolución Cubana, los experimentos de clonación y creación de enfermedades como el SIDA, el comienzo de la era digital y los tratados de comercio, es como esta sociedad ha vivido sucesos buenos y malos, divertidos y desgarradores, increíbles e indignantes puesto que está en constante cambio y movimiento, es decir no es estática y tampoco sus procesos de producción y comunicación; estamos hoy en día expuestos a las marcas, las tendencias, la moda, los patrones sociales y la inmediatez de la información en la palma de la mano, pero también estamos acostumbrados a la indiferencia y a conformarse con la violencia.
Para concluir, tendríamos que
hacer un gran estudio de la evolución en el proceso de producción de los
textiles para poder comprender el desarrollo tecnológico y científico por el
que ha atravesado para llegar por ejemplo, a los textiles inteligentes, tales
como los que son capaces de camuflarse con el ambiente en el que estén o
aquellos que se utilizan para hacer chalecos anti-balas.
Sin embargo, toda tecnología en
todo momento de la historia es un arma de doble filo: Es posible tanto salvar
vidas como destruir pueblos enteros. Con esto me refiero a que mucho de los
avances (algunos conocidos y otros, secretos de Estado) actuales y anteriores,
han sido realizados para defender los intereses de los países conocidos como
potencias mundiales. Ciertos países que dominan el mercado y la política
mundial; entonces si bien la Industria Textil ha permitido confeccionar prendas
y demás objetos que contribuyen al disfrute y a la funcionalidad, también
convierten la vida de quienes laboraron el producto que tenemos puesto, en un
verdadero infierno.
¿Serían capaces de pensar en que
cientos de niños son explotados diariamente en Taiwán haciendo el par de tennis
Nike que calzamos para correr con el
perro en el parque?
Opino que quienes estamos
comenzando a introducirnos en el mundo Textil tendríamos que plantearnos varias
cuestiones actuales:
·
La escases de materias primas
·
La injusta condición laboral en el mundo
·
El deterioro masivo del medio ambiente
·
El consumismo salvaje
·
La enajenación de la sociedad y su indiferencia
cotidiana
·
Los reducidos grupos de poder (oligarquías
mundiales)
·
El fracaso del actual modelo económico
Algunos pensarían: Yo, como
diseñador/a, ¿En qué me afecta o en qué me ocupan estas cuestiones?
Y yo respondería: El problema del
mundo es que aún no confía lo suficiente en los diseñadores y los estudiosos
del arte, sino en aquellos que tienen una formación académica basada
enteramente en las ciencias exactas, para cambiar la situación actual que
enfrenta el mundo, en vez de combinar
tanto las artes y las ciencias y hacer del Diseño una comunidad de gente
preocupada por desarrollar proyectos integrales que aporten y reparen un poco
tanto la conducta de la gente así como el impacto ambiental del planeta.
Pero bien se dice por ahí que el que no conoce su historia está condenado
a repertila, y cuántas veces la humanidad atraviesa crímenes en contra de
la misma humanidad todos los días y no aprende nada. Es por esto por lo que los
diseñadores y las grandes casas de tendendencias deberían de estar menos
inmersos en la superficialidad del diseño y la moda, y trabajar en soluciones
aportadas desde el diseño para mejorar la calidad de vida de los seres vivos y
del planeta.
[2] Tomado de: Farga Mullor,
María del Rosario, Historia del Arte,
Pearson, 2012, México.
[3] Tomado de: Velasco
Rodríguez, Griselle J., Origen del Textil
en Mesoamérica, Instituto Politécnico Nacional, 1995, México.
[6] Tomado de: Viqueira, Carmen
y Urquiola, José I, Los obrajes de la Nueva
España 1530-1630, Colegio de México, 1991, México.
[9] Tomado de: Carrasco
Narváez, Francisco J., Museo Textil de
Puebla, Universidad Iberoamericana Puebla, 2003, Puebla.
[10] Tomado de: Barreto, Silvia,
Clasificación de los Tejidos, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
Buen trabajo...
ResponderEliminarMuy bueno!!! Gracias.
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